Twitter se ha convertido en una herramienta utilizada por los políticos para comunicarse con su electorado, para crear una red de seguidores y para lanzar mensajes de campaña, frases atractivas o dardos envenenados contra los adversarios. Pero en el caso de la cuenta del presidente panameño Ricardo Martinelli, DIARIO LAS AMÉRICAS tiene pruebas de que ha sido utilizada de manera fraudulenta para crear la sensación de que al mandatario lo siguen y apoyan cientos de miles en la red social.
El presidente Martinelli llegó a la presidencia montado en la lucha contra la corrupción y en la urgente tarea de reducir el crimen en su país. Su votación barrió con su oponente, pero ahora, cuatro años después, su popularidad, según las últimas encuestas, es de 30%. De acuerdo con fuentes conocidas por DLA, este uso fraudulento de Twitter sería una manera de manipular a la opinión, a través de métodos que estarían violando las propias normas impuestas por esta red social como, por ejemplo, crear múltiples cuentas con propósitos "abusivos", o para generar "spam" ("basura") para duplicar contenidos en varias cuentas o el reenvío agresivo o al azar de tuits con el propósito de generar atención hacia una cuenta.
En ese sentido, quienes estarían manejando el perfil digital de Martinelli tienen de 175.000 a 225.000 cuentas pasivas falsas (50%-70% de los seguidores) y de 300 a 500 cuentas espurias activas.
Twitter también prohíbe de manera explícita cuando en esas cuentas falsas además se pone una foto que no corresponde al nombre de dicha cuenta. Así, por ejemplo, la imagen del profesor en Inteligencia Artificial de la Universidad Stony Brook aparece en Twitter con el nombre de Alcibiades Ortega, seguidor del presidente Martinelli. Y la imagen del actor Juan Manuel Montesinos, fallecido en 2009, se utiliza para darle "identidad" a un tal Ariel Barrera, también seguidor del mandatario panameño.
¿Qué implicaciones legales podría tener esta masiva operación fraudulenta en internet, con el uso delictivo de una red social, para crear la falsa sensación de popularidad?
"Por lo general estas son cosas que no llegarían a una corte criminal", afirmó Haidi Tandy, abogada de Miami que trata asuntos relacionados con internet, pero "una víctima podría demandar [a quien esté utilizando de mala manera Twitter] y lograr de la corte una acción o que Twitter se convierta en parte legal para permitir que continúe el proceso por la infracción cometida".
Según Tandy, Twitter también podría emprender acciones legales por su propia cuenta. "Usted puede entrar en contacto con Twitter, para que ésta tenga evidencia y emprenda una acción", explicó. Tal acción podría significar una pesquisa internacional para determinar el alcance del fraude.
Las cifras
La herramienta fakers.statuspeople.com es un método que se usa para ver qué hay de verdad o de mentira en los seguidores y en la naturaleza de las cuentas. La cuenta de Twitter @rmartinelli registra 31% de seguidores falsos, 48% inactivos y 21% verdaderos. A simple vista, no parece haber mucha diferencia entre los creados y los legítimos. En este caso, ese 21% no representa toda la realidad.
Twitter se ha convertido en una herramienta utilizada por los políticos para comunicarse con su electorado, para crear una red de seguidores y para lanzar mensajes de campaña, frases atractivas o dardos envenenados contra los adversarios. Pero en el caso de la cuenta del presidente panameño Ricardo Martinelli, DIARIO LAS AMÉRICAS tiene pruebas de que ha sido utilizada de manera fraudulenta para crear la sensación de que al mandatario lo siguen y apoyan cientos de miles en la red social.
El presidente Martinelli llegó a la presidencia montado en la lucha contra la corrupción y en la urgente tarea de reducir el crimen en su país. Su votación barrió con su oponente, pero ahora, cuatro años después, su popularidad, según las últimas encuestas, es de 30%. De acuerdo con fuentes conocidas por DLA, este uso fraudulento de Twitter sería una manera de manipular a la opinión, a través de métodos que estarían violando las propias normas impuestas por esta red social como, por ejemplo, crear múltiples cuentas con propósitos "abusivos", o para generar "spam" ("basura") para duplicar contenidos en varias cuentas o el reenvío agresivo o al azar de tuits con el propósito de generar atención hacia una cuenta.
En ese sentido, quienes estarían manejando el perfil digital de Martinelli tienen de 175.000 a 225.000 cuentas pasivas falsas (50%-70% de los seguidores) y de 300 a 500 cuentas espurias activas.
Twitter también prohíbe de manera explícita cuando en esas cuentas falsas además se pone una foto que no corresponde al nombre de dicha cuenta. Así, por ejemplo, la imagen del profesor en Inteligencia Artificial de la Universidad Stony Brook aparece en Twitter con el nombre de Alcibiades Ortega, seguidor del presidente Martinelli. Y la imagen del actor Juan Manuel Montesinos, fallecido en 2009, se utiliza para darle "identidad" a un tal Ariel Barrera, también seguidor del mandatario panameño.
¿Qué implicaciones legales podría tener esta masiva operación fraudulenta en internet, con el uso delictivo de una red social, para crear la falsa sensación de popularidad?
"Por lo general estas son cosas que no llegarían a una corte criminal", afirmó Haidi Tandy, abogada de Miami que trata asuntos relacionados con internet, pero "una víctima podría demandar [a quien esté utilizando de mala manera Twitter] y lograr de la corte una acción o que Twitter se convierta en parte legal para permitir que continúe el proceso por la infracción cometida".
Según Tandy, Twitter también podría emprender acciones legales por su propia cuenta. "Usted puede entrar en contacto con Twitter, para que ésta tenga evidencia y emprenda una acción", explicó. Tal acción podría significar una pesquisa internacional para determinar el alcance del fraude.
Las cifras
La herramienta fakers.statuspeople.com es un método que se usa para ver qué hay de verdad o de mentira en los seguidores y en la naturaleza de las cuentas. La cuenta de Twitter @rmartinelli registra 31% de seguidores falsos, 48% inactivos y 21% verdaderos. A simple vista, no parece haber mucha diferencia entre los creados y los legítimos. En este caso, ese 21% no representa toda la realidad.
El presidente Martinelli llegó a la presidencia montado en la lucha contra la corrupción y en la urgente tarea de reducir el crimen en su país. Su votación barrió con su oponente, pero ahora, cuatro años después, su popularidad, según las últimas encuestas, es de 30%. De acuerdo con fuentes conocidas por DLA, este uso fraudulento de Twitter sería una manera de manipular a la opinión, a través de métodos que estarían violando las propias normas impuestas por esta red social como, por ejemplo, crear múltiples cuentas con propósitos "abusivos", o para generar "spam" ("basura") para duplicar contenidos en varias cuentas o el reenvío agresivo o al azar de tuits con el propósito de generar atención hacia una cuenta.
En ese sentido, quienes estarían manejando el perfil digital de Martinelli tienen de 175.000 a 225.000 cuentas pasivas falsas (50%-70% de los seguidores) y de 300 a 500 cuentas espurias activas.
Twitter también prohíbe de manera explícita cuando en esas cuentas falsas además se pone una foto que no corresponde al nombre de dicha cuenta. Así, por ejemplo, la imagen del profesor en Inteligencia Artificial de la Universidad Stony Brook aparece en Twitter con el nombre de Alcibiades Ortega, seguidor del presidente Martinelli. Y la imagen del actor Juan Manuel Montesinos, fallecido en 2009, se utiliza para darle "identidad" a un tal Ariel Barrera, también seguidor del mandatario panameño.
¿Qué implicaciones legales podría tener esta masiva operación fraudulenta en internet, con el uso delictivo de una red social, para crear la falsa sensación de popularidad?
"Por lo general estas son cosas que no llegarían a una corte criminal", afirmó Haidi Tandy, abogada de Miami que trata asuntos relacionados con internet, pero "una víctima podría demandar [a quien esté utilizando de mala manera Twitter] y lograr de la corte una acción o que Twitter se convierta en parte legal para permitir que continúe el proceso por la infracción cometida".
Según Tandy, Twitter también podría emprender acciones legales por su propia cuenta. "Usted puede entrar en contacto con Twitter, para que ésta tenga evidencia y emprenda una acción", explicó. Tal acción podría significar una pesquisa internacional para determinar el alcance del fraude.
Las cifras
La herramienta fakers.statuspeople.com es un método que se usa para ver qué hay de verdad o de mentira en los seguidores y en la naturaleza de las cuentas. La cuenta de Twitter @rmartinelli registra 31% de seguidores falsos, 48% inactivos y 21% verdaderos. A simple vista, no parece haber mucha diferencia entre los creados y los legítimos. En este caso, ese 21% no representa toda la realidad.
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