PRD, "el partido que usó la figura de Torrijos para negocios personales de sus dirigentes", así acusan grupos detractores en las redes sociales a las actuales dirigencias del Partido que fundara el general Omar Torrijos Herrera, y lo reconocen algunos de sus fundadores destacados como Humberto Lopez Tirone.
Hasta mediados de los años 80tas del siglo xx el Partido Revolucionario Democrático mantuvo una posición oficial de defensa de las políticas de Estado en la economía y de preservación de garantías sociales mínimas, pero oficialmente inició su proceso hacia posiciones neoliberales con el gobierno de Nicolás Ardito Barletta con el impulso a las reformas laborales de 1985.
Tras la muerte del general Torrijos y de importantes figuras progresistas de ese partido, ya muchos años antes, el Club de los neoliberales dentro del PRD se movía con mucha influencia de la mano del Dr. Ernesto Perez Balladares, "alias" Toro y otros importantes personajes de la burguesía financiera que se vieron beneficiados de las amplias posibilidades políticas y legales que reconfiguró el régimen militar de Torrijos desde 1971 con el centro bancario internacional del país.
Hasta mediados de los 80tas el PRD era un partido cuya utilidad política, desde su creación a finales de los 70tas, se enfocaba en agrupar todas las fuerzas fieles al régimen militar inaugurado en 1968, pero con Noriega en el poder, se transformó en el partido mayoritario de la alianza de apoyo al régimen. Ya en la postinvasión norteamericana, en el nuevo periodo de rencauche del modelo social y económico local, sin los militares en el poder, el PRD se transforma en el adalid de la nueva gobernabilidad neoliberal que toma fuerza a inicio de los 90tas en américa latina. Con figuras como Felipe Chapman, Ernesto Perez Balladares y con la consigna de "El pueblo al Poder" el PRD inaugura un fructífero proceso de privatizaciones del sector público, eliminación del código de trabajo creado por Torrijos y neoliberalización de la sociedad en general.
Con señales positivas para los Estados Unidos y las instituciones financieras Internacionales el PRD muestra que es la única fuerza política con influencia en las bases de la sociedad capaz de llevar adelante reformas neoliberales aún de mayor profundidad, pero muestra su desgaste histórico perdiendo las elecciones frente un débil gobierno Panameñista que ni siquiera tuvo capacidad para imponer reformas a la seguridad social, y que es la antesala para que "el hijo del General" asuma un nuevo mandato PRD con los mismos bríos neoliberales y emprenda reformas agresivas en la seguridad social y grandes negocios del sector financiero como la Ampliación del Canal, que para entonces, vive una etapa de re-estructuración frente a la gran apertura de los mercados financieros globales que exige mayor control sobre paraísos fiscales como el panameño.
El éxito como principal adalid de la gobernabilidad neoliberal no se tradujo en el afinamiento del viejo aparato burocrático de los 80tas con base social, el PRD se transformó en un periodo de década y media en un partido político con las mismas características que el viejo Partido Panameñista, capaz sólo de moverse con grandes inyecciones de clientelismo y pérdida de confianza en importantes sectores de la clase media, así, el PRD requirió cada vez más decenas de millones de dólares tanto para existir como para moverse electoralmente, y peor aún cuando se enfrenta al partido político del caudillo-empresario multimillonario Ricardo Martinelli, antiguo aliado.
El desgaste histórico del PRD y su vieja formula de partido populista a partir de 2014 le deja fuera del negocio del Estado dos periodos de gobierno consecutivo con una estructura nacional de caudillos o caciques regionales que se disputan el control de los órganos de poder frente un puñado de ejecutivos de empresas y magnates como Perez Balladares, Martin Torrijos, entre otros, en desconexión con el mundo real. Y unas bases clientelista histórica dispersa, padeciendo dos periodos fuera del gobierno, que se diluye entre las dádivas del mejor nuevo postor.
Fuente: Democracia507
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